domingo, 1 de mayo de 2011

Sin fuerzas




Cuando el desarrollo fue parejo, en el primer tiempo, River aprovechó una de sus dos ocasiones de gol mientras que la Academia no pudo convertir ninguna de las dos claras que también generó. En el complemento, con más ganas que juego, fue todo de Racing, que no supo cómo entrarle a la cerrada defensa del rival.
Claro que haber tenido a un hombre de más toda esa segunda mitad le daba al equipo de Russo la opción de ser el claro dominador. Lo fue, pero no encontró los recursos suficientes como para sobrepasar a esa última línea que se hacía más numerosa y sólida con el pasar de los minutos. Ni hablar de Juan Pablo Carrizo, que pareció invulnerable.

El partido había empezado favorable a Racing, que tomó el protagonismo principal como a lo largo del torneo y fue a buscar con sus armas. La más importante de ellas, Gutiérrez, se hizo espacio en el área para quedar frente al arquero y definir con un toque suave que se fue apenas desviado.

La sensación era que, si bien esa no entró, se iban a generar más. Sin embargo, River disputó la posesión en el mediocampo y aprovechó el adelantamiento de la defensa académica para forzar un par de situaciones de gol. Primero Funes Mori al palo y después, una corrida de Lamela que terminó en un penal de Cahais (llegó a diez amonestaciones y se perderá los próximos dos partidos. Pavone definió para poner en ventaja de los visitantes.
Cuando se iba la primera mitad, Juan Manuel Díaz vio la segunda amarilla y salió expulsado. Con las conocidas reacciones de este equipo, más ese hecho de tener un jugador más, quedaba una sensación de poder revertir la situación en el complemento.

Bruno Zuculini reemplazó a Poclaba, Licht y Pillud fueron dos extremos por las puntas, todo el equipo se adelantó y fue detrás del objetivo empate. Ya desde el inicio empezó a chocar contra sus limitaciones, aislamientos de jugadores y la defensa del contrincante.

Para colmo, cuando se las ingenió para llegar cerca de Carrizo, el arquero respondió con sobriedad. Con el pie a Lugüercio, un mano a mano a Gutiérrez y otro tiro libre del delantero que sacó abajo. Y cuando no fue Carrizo, salieron cerca, como un remate del ingresado Fariña, otro intento de buscar variantes ofensivas, que se fue apenas al lado del palo.

No llegó el empate, el equipo lo buscó, peleó contra una defensa dura, un arquero sólido y contra sus propios errores.

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